Hermano!

No he vuelto a verte hermano,
ni tan solo oir tu voz!
ya parecen muchos años,
y entre sonidos lejanos
de ruidos y algarabías,
vienen a mi fantasías
de una niñez que a lo lejos,
como una estrella que engaña
parece que está cercana,
y sólo son sus reflejos...

Será que te has escondido
detrás del parabán,
como lo hacíamos de niños
y no te podía encontrar!
Es que te fuiste...
sin decir nada,
sin volver tu mirada
para mirar atrás!
Será que te habrás ido
para no ver tú mis lágrimas
será que te habrás ido,
para no verte yo más!

Tu soledad a lo lejos, me abraza
como si fuera una sombra,
como si fuera una alabanza...

A mis ojos, he dicho, no lloren
ya mis lágrimas son sombras,
sombras que rezan conmigo
son como suave abrigo,
y en la soledad del templo
en mi llanto las convido,
a que conmigo oren....

Ya me hinco de rodillas
tapa mi llanto una mantilla,
y de este dolor profundo
contárselo al más allá!
y en conversación silente
tal vez un para siempre,
tal vez,... un nunca más!

Quisiera volver a verte hermano,
tan solo oir tu voz!
Que los sonidos lejanos
de bellas algarabías,
traigan a mi la alegria
de aquella niñez a lo lejos,
vengan a mi los recuerdos
y que una estrella lejana,
nos traiga a bien sus reflejos....

Hermano! creo que iré a verte!
y en el escándalo salvaje
de mis sombras inertes,
volaré como alondra a tu nido
y por el resto de los siglos,
no haré otra cosa que quererte...