Saturday, December 31, 2011

Los seres más queridos



La Navidad es: para unos, tiempo de luces, alegrías y regocijo. Para muchos, es tiempo de soledad y tristeza. Para otros tantos, es tiempo de desesperanza y de dolor. Para todos, debemos tener un pensamiento de solidaridad en este tiempo que debiera ser de alborozo. Tiempo contradictorio, con los sentimientos que se retuercen de aquí para allá, donde las añoranzas se avivan en el alma, dando paso a las imágenes de los seres queridos que están lejos, y la felicidad se exalta con el abrazo a los que tenemos cerca.

En estos días de Navidad, que más podíamos pedir. Estábamos absolutamente completos. Todos y digo todos!, pues ninguno en la familia faltó. A todos, sus ocupaciones les permitieron acudir a la cita decembrina. Fueron unos días mágicos, en los que disfrutamos de mucha y amena conversación. Días de mucho compartir. Entre colchas y cojines, los muchachos se acurrucaban en los sillones, para reír, para ver películas navideñas, sólo interrumpidas con un desfile de viajes, que iban y venían de la sala a la cocina y de la cocina al sofá. En nuestra noche de Navidad, ya entrada la media noche, después de cenar, abrimos bellos regalos y entre coloridas cajas y papeles encogidos, para completar la magia, los muchachos pusieron un concierto, el cual invadió el ambiente con las hermosas notas de un magnífico aire navideño. Mientras todos conversaban, en oportunidades casi que a la vez, la casa volvía a recobrar "el ruido", o "el sonido", ese!, el que hacen los hijos, cuando vienen....

Pero como todo en esta vida, cada cosa tiene un final y aunque no nos de mucho gusto, ellos tienen que partir a sus hogares y nosotros, a comenzar nuevamente el tiempo de espera.

Cuando tenemos hijos que están lejos, se nos convierte la vida en una espera, en un dividir el tiempo en varios pedazos. Yo los llamo: "tiempos vacacionales", ya que tenemos que esperar que lleguen las vacaciones para que ellos puedan venir, de otra manera, tenemos que ir nosotros al encuentro.
Pero bueno, después de disfrutar mi derecho a quejarme un poquito, volvamos a los días de Navidad. Decía que fueron días mágicos y espero que en los años venideros, podamos disfrutar de otros bellos días navideños como estos y de otra bella noche de Navidad junto a: los seres más queridos. Lo mismo deseo para todos ustedes.

Deseo para todos un Feliz Año Nuevo, llenito de cosas buenas, lleno de regocijo y de armonía, y sobre todo.... lleno de hijos y nietos!! alrededor, que hagan mucho ruido y que formen desorden, mucho desorden!... bendito desorden....

" ....una luz decembrina iluminó el cielo, un blanco mantel cubrió nuestra mesa, una alegre guirnalda de hijos colmó el entorno y un hogareño aroma nos envolvió...."

Feliz Año Nuevo para todos!

Monday, December 12, 2011

Envolviendo la Navidad

En la época navideña una de las tradiciones más bonitas y esperadas es: el Arbol de Navidad, pero alrededor de su origen no hay nada seguro, por eso: " ...se dice, se cuenta ...."

Antiguamente, existía el culto a los árboles. Se dice, que se cortaba un árbol de follaje permanente, fuerte ante los efectos del clima invernal. Este era adornado en honor a los dioses, para que en primavera, sus frutos volvieran a florecer. Debido al culto hacia los árboles, es que algunos piensan que el origen del árbol de Navidad, es pagano y no cristiano. Son muchas las leyendas en torno al árbol de Navidad, es por eso que es muy difícil saber su origen real.

Se cuenta, que San Bonifacio, misionero británico (siglo VIII), en su labor de cristianizar las tribus germánicas y buscando erradicar la idea de que los árboles eran sagrados, plantó un pino, cuyas hojas permanentes, simbolizaban el eterno Amor de Dios hacia sus hijos. Lo adornó con manzanas y velas, las que simbolizaban: el pecado original y la luz de Cristo y su forma triangular: la Santísima Trinidad. De allí que "se diga", que el árbol de Navidad como tal, sea una tradición de origen germánico, que al parecer se solía realizar en épocas cercanas a lo que para los cristianos pasa a ser la época de la Navidad. Los convenció de que Cristo estaba por encima de esas idolatrías y como resultado logró, que desistieran de la idea de que los árboles tenían poderes sobrenaturales, convirtiéndose así en comunidades cristianas.

Con el correr del tiempo y la modernidad, las manzanas y las velas, se convirtieron en diversos ornamentos de gran vistosidad y colorido. Lo importante, era alegrar la vida de las personas mientras duraran las largas y duras épocas invernales, adornando las ramas de un árbol que ofrecía verdor y alegría a los habitantes de las casas. Se cuenta, que en épocas más antiguas, existieron civilizaciones aparte de los germanos, que adoraban estos árboles cuya naturaleza perduraba frente a las inclemencias del clima, les rendían culto y les atribuían poderes sobrenaturales.

Pero trasladando lo que se "contaba" y se "decía", a tierras más cercanas y conocidas, por los 1800s en Norte América, se consideraba el árbol de Navidad, como una costumbre pagana, hasta que los germanos, ya devotos cristianos, se establecen en esas tierras y en la época de Navidad, comienzan a introducir en sus hogares dichos árboles y a agregarles ornamentos a sus "por siempre verdes" ramas. Por haber sido declarado "símbolo pagano", los "puritanos" de Nueva Inglaterra consideraron que a aquellos que colgaran adornos a un árbol, debían ser penalizados, hasta la llegada de los alemanes y judíos a tierras americanas, quienes establecen sus costumbres navideñas, las cuales se esparcen rápidamente.

Al tiempo, cuando ya no se "contaba", ni se "decía", en principios del siglo XX, mientras los germanos, decoraban sus árboles de Navidad con manzanas, nueces, maíz y galletas, los americanos comenzaban a decorar sus árboles con adornos hechos en casa y con la aplicación de la electricidad, el árbol de Navidad esparció su iluminada belleza por cada rincón y llegó a todos los hogares, pasando a ser el acompañante infaltable y luminoso de la fiesta navideña y uno de los elementos a través del cual, se comparte toda la religiosidad que a ésta le acompaña. Sin dejar de mencionar su principal ornamento, la estrella en lo más alto de su estatura, la que simboliza la fé de los festejantes como cristianos, la cual evoca la estrella de Belén, aquella que guiara al pueblo cristiano hasta el nacimiento de Jesús.

La modernidad ha hecho del árbol navideño, el depositario de los regalos que la familia repartirá el día de Navidad. En sus faldas, colocamos de todo: bolsitas, paquetes, paqueticos, cajitas.... todo hermosamente adornado y envuelto y para una Navidad mucho más feliz, los festejantes pasan parte de su tiempo "envolviendo la Navidad" con los elementos más importantes de la convivencia: el compartir con generosidad, el entendimiento, la paciencia, el perdón, la unión, brindándose apoyo mutuo y algo importante como cristianos, brindando compañía a los que por alguna razón están solos, que de esos hay muchos en estos días de fiestas navideñas.

La unión de los dos símbolos: árbol y pesebre, se complementan para una Navidad armoniosa y plena de espiritualidad.

Desde mi blog, quiero desearles, que este año venidero traiga consigo: unión a los pueblos y amor a los corazones, que la tolerancia y la hermandad entre familias, sea la luz y la fuerza que nos guíe hacia el camino de la Paz.




Feliz Navidad para todos!!

Merry Christmas to all!