Ya llegaron los pájaros, huyéndole al crudo frío del norte, formando hileras como largas cintas que surcan el cielo. Invaden los árboles de la ciudad, las cornisas, los techos de los edificios, los cables y todo lo que les sea cómodo a sus frágiles patitas. Cuando los veo llegar, siento un frío anticipado.... Es el hermoso otoño, que llega con su suave y tímida elegancia, su oscurecer temprano, sus días nublados y por supuesto, sus horas de luz solar más cortas.
El otoño trae consigo una calma pacificadora y es la antesala a las fiestas de Acción de Gracias y a las fiestas decembrinas. Es el tiempo en que disminuye la luz natural, y es el otoño, quien invita a pasar al invierno adelante con sus penumbrosas consecuencias, por lo cual muchas personas se ven afectadas. Según los entendidos, ocurren cambios hormonales que experimenta el organismo debido a la disminución de la luz solar cuando cambia la estación. Es el llamado: TAE (Trastorno Afectivo Estacional), el cual es un estado anímico de desgano que puede llevar a lo depresivo y va en aumento a medida que el otoño avanza hacia el invierno y va pasando poco a poco a medida que se acerca nuevamente el cambio de tiempo. Los síntomas pueden ser: somnolencia, en ocaciones falta de sueño, desgano, falta de apetito, tristeza y hasta una fuerte depresión, si no se le pone la debida atención.
Los adultos son más sensibles a sentirse afectados por esta condición, siendo las mujeres las más sensibles a este fenómeno, y ojo, no sólo a los adultos se les puede manifestar este estado anímico, también en los niños podemos observar este cambio, asi que hay que estar alertas.
Que si se nos aumenta la "melatonina" en el cerebro y que disminuye la "serotonina". Al parecer, la melatonina es una hormona que está relacionada con el sueño, la cual se produce en mayor cantidad cuando hay oscuridad o cuando disminuye la cantidad de luz natural, y la serotonina, aumenta cuando nos exponemos a la luz del sol y es responsable de equilibrar nuestros estados de ánimo y que nos mantengamos en calma con nuestros niveles de felicidad adecuados y en su lugar. Tal parece que el aumento de la melatonina y la disminución de la serotonina por la falta de luz narural, es terreno fertil para la depresión, por lo tanto, hay que propiciar la exposición a la luz solar para dar paso al aumento de los niveles de serotonina.
Si no le buscamos rápidamente solución, puede tornarse en algo altamente delicado. Si lo podemos conseguir por nuestros propios medios, pues la cosa va bien, pero si va más allá de nuestros controles, hay que buscar la ayuda de un especialista antes de que el problema tome cuerpo y se agudize. Debemos estar alertas, mayormente con los pequeños de la casa y con los más adultos, o sea con todas aquellas personas dependientes y si las penumbras nos atacan a los que más o menos podemos combatirlas, pues buscar salidas, que tenemos muchas a nuestro alcance: realizar reuniones familiares, reunirnos con nuestros amigos, no quedarnos solos, tratar de pasar el tiempo que dure la estación, lo más ocupados y entrtetenidos posibles. Lo bueno es que estos síntomas desaparecen cuando la estación avanza y cuando nos damos cuenta, la primavera que llega al rescate con la frescura de su luz.....
Debido a las bajas temperaturas, en ocaciones hay que quedarse puertas adentro, y como es el tiempo en que se acercan las fiestas de fin de año, podemos acelerar el reloj festivo y navideño y de inmediato ponerse en acción, para no darle al enemigo el chance de acometer con fuerza. Hay que recordar siempre que hay un "afuera", o sea: un jardín, una calle que nos llevará a otros sitios más divertidos que quedarnos encerrados, que hay unas personas allá afuera para conversar, que hay un buen libro para leer, escuchar música alegre, ir al cine, lo importante es exponernos a la luz y a la conversación.! En los lugares donde la transición del otoño al invierno es más aguda, las personas que se ven afectadas por este fenómeno estacional, tienen que ser sometidas a fototerapias, ser asistidas por un terapeuta y en ocaciones deben ser medicadas.
Muchos buscan ayuda o tratamiento, pero muchos otros no. Hay que buscar esa ayuda, siempre hay una esperanza a sentirnos mejor, la ayuda está espernado para asistirnos, un llamado mayormente a las mujeres, que a veces postergan una atención a tiempo en detrimento de ellas mismas y de los suyos.
Dije anteriormente que me gusta el otoño, pues si, me gusta, porque es bueno para el recogimiento y la inspiración. Pero el verano, bueno el verano es lo máximo, porque es un personaje alegre y brillante, que nos alborota la cabellera con su brisa, derrocha su luz incandescente sin mezquindad sobre nosotros y nos embriaga con toda la potencia de su energía.
El otoño trae consigo una calma pacificadora y es la antesala a las fiestas de Acción de Gracias y a las fiestas decembrinas. Es el tiempo en que disminuye la luz natural, y es el otoño, quien invita a pasar al invierno adelante con sus penumbrosas consecuencias, por lo cual muchas personas se ven afectadas. Según los entendidos, ocurren cambios hormonales que experimenta el organismo debido a la disminución de la luz solar cuando cambia la estación. Es el llamado: TAE (Trastorno Afectivo Estacional), el cual es un estado anímico de desgano que puede llevar a lo depresivo y va en aumento a medida que el otoño avanza hacia el invierno y va pasando poco a poco a medida que se acerca nuevamente el cambio de tiempo. Los síntomas pueden ser: somnolencia, en ocaciones falta de sueño, desgano, falta de apetito, tristeza y hasta una fuerte depresión, si no se le pone la debida atención.
Los adultos son más sensibles a sentirse afectados por esta condición, siendo las mujeres las más sensibles a este fenómeno, y ojo, no sólo a los adultos se les puede manifestar este estado anímico, también en los niños podemos observar este cambio, asi que hay que estar alertas.
Que si se nos aumenta la "melatonina" en el cerebro y que disminuye la "serotonina". Al parecer, la melatonina es una hormona que está relacionada con el sueño, la cual se produce en mayor cantidad cuando hay oscuridad o cuando disminuye la cantidad de luz natural, y la serotonina, aumenta cuando nos exponemos a la luz del sol y es responsable de equilibrar nuestros estados de ánimo y que nos mantengamos en calma con nuestros niveles de felicidad adecuados y en su lugar. Tal parece que el aumento de la melatonina y la disminución de la serotonina por la falta de luz narural, es terreno fertil para la depresión, por lo tanto, hay que propiciar la exposición a la luz solar para dar paso al aumento de los niveles de serotonina.
Si no le buscamos rápidamente solución, puede tornarse en algo altamente delicado. Si lo podemos conseguir por nuestros propios medios, pues la cosa va bien, pero si va más allá de nuestros controles, hay que buscar la ayuda de un especialista antes de que el problema tome cuerpo y se agudize. Debemos estar alertas, mayormente con los pequeños de la casa y con los más adultos, o sea con todas aquellas personas dependientes y si las penumbras nos atacan a los que más o menos podemos combatirlas, pues buscar salidas, que tenemos muchas a nuestro alcance: realizar reuniones familiares, reunirnos con nuestros amigos, no quedarnos solos, tratar de pasar el tiempo que dure la estación, lo más ocupados y entrtetenidos posibles. Lo bueno es que estos síntomas desaparecen cuando la estación avanza y cuando nos damos cuenta, la primavera que llega al rescate con la frescura de su luz.....
Debido a las bajas temperaturas, en ocaciones hay que quedarse puertas adentro, y como es el tiempo en que se acercan las fiestas de fin de año, podemos acelerar el reloj festivo y navideño y de inmediato ponerse en acción, para no darle al enemigo el chance de acometer con fuerza. Hay que recordar siempre que hay un "afuera", o sea: un jardín, una calle que nos llevará a otros sitios más divertidos que quedarnos encerrados, que hay unas personas allá afuera para conversar, que hay un buen libro para leer, escuchar música alegre, ir al cine, lo importante es exponernos a la luz y a la conversación.! En los lugares donde la transición del otoño al invierno es más aguda, las personas que se ven afectadas por este fenómeno estacional, tienen que ser sometidas a fototerapias, ser asistidas por un terapeuta y en ocaciones deben ser medicadas.
Muchos buscan ayuda o tratamiento, pero muchos otros no. Hay que buscar esa ayuda, siempre hay una esperanza a sentirnos mejor, la ayuda está espernado para asistirnos, un llamado mayormente a las mujeres, que a veces postergan una atención a tiempo en detrimento de ellas mismas y de los suyos.
Dije anteriormente que me gusta el otoño, pues si, me gusta, porque es bueno para el recogimiento y la inspiración. Pero el verano, bueno el verano es lo máximo, porque es un personaje alegre y brillante, que nos alborota la cabellera con su brisa, derrocha su luz incandescente sin mezquindad sobre nosotros y nos embriaga con toda la potencia de su energía.
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