Monday, December 9, 2013

Regalar en Navidad



"Los tiempos han cambiado. Ya la gente no es la misma, los valores se han perdido, sólo importa el consumismo!". "Lo único que importa hoy día para la época navideña, son los regalos!".

Es lo que se escucha por ahí, cada vez con más frecuencia...

Por supuesto que sí, de alguna manera se ha ido transformando en una celebración muy comercial. Pero existe esa tradición en torno a la Navidad, como es la de regalar, la cual es digna de preservar, por su belleza y porque nos recuerda que somos humanos y que tenemos el deber, de así como de luchar en contra de la adversidad, también tenemos el deber y el derecho de disfrutar y ser felices, y es lo que experimentamos cuando regalamos: felicidad!.

Como prueba de ello, es que el Niño Jesús, nos llegó como regalo del cielo mismo para la humanidad.

Regalar en Navidad, es una de las tradiciones más extendidas por todo el mundo. Aunque por supuesto, es una decisión muy personal la de dar algún obsequio en esta época, no es por cierto desafortunada la elección, pues el sentimiento de satisfacción al regalar es único e inigualable, por la alegría de quien recibe y el regocijo de quien obsequia.

Además, por qué renunciar a una de las cosas más bonitas, esa sensación enriquecedora de volcarse hacia el otro en un gesto, pues regalar no es otra cosa más que: la capacidad que tiene el ser humano de prodigar amor.

Porque como sabemos, a Jesús recién nacido le fueron a llevar regalos, sí!, regalos significativos y traídos de tierras muy lejanas, unos hombres plenos de magnanimidad y buena voluntad, que fueron a expresarle al Rey de toda la tierra, su afecto y su alegría de conocerle. Fueron esos regalos, los que nos indicaron la conducta del regalar en Navidad, pues en este hecho bíblico e histórico para los cristianos, se estaría dando paso a esa actitud, tal vez impulsiva de los seres humanos de "dar", que al final de cuentas, es el verdadero sentido que tiene la Navidad.

Y sí, regalemos, si no podemos algo material, regalemos un abrazo, regalemos un rato de compañía, regalemos, regalemos nuestro tiempo y veremos que buscando, encontraremos que sí tenemos muchos regalos por hacer.

Así que a regalar! Si no algo material, pues algo espiritual, pero regalemos en Navidad, que tal vez eso no resuelva todos nuestros problemas, pero haremos florecer la esperanza en el conrazón del otro de que hay un mundo mejor, de que vendrán mejores tiempos, y sin duda, se pondrá de manifiesto la certeza de que el ser humano sí puede ser más sensible, cuando vive la experiencia de expresar afecto, al dar y recibir!

Además, cuando hablamos de regalar, no estamos contando con que tenga que ser algo adquirido en una tienda por departamentos. Tenemos un almacén en nuestro corazón lleno de afectos para ofrecer.

Para aquellos que creen que los tiempos han cambiado, y que el materialismo está acabando con todos: recordemos que el ser humano a lo largo de la historia de la celebración navideña ha sido así, como niños. Siempre ha disfrutado observando las vitrinas luminosas de los almacenes que le ofrecen sus productos, que lo ha llevado a sucumbir ante la tentación de la adquisición de lo que se convertiría en el "pecado" consumista de la época navideña.

El sentido de la Navidad no se pierde por eso, el sentido de la Navidad se pierde, porque hay muchos por ahí, como el Ebenezer Scrooge del Cuento de Navidad de Charles Dickens, tratando de dañarlo todo...

La Navidad, es el tiempo donde se nos da la más grande Buena Nueva de la historia de la humanidad, el nacimiento de: El Creador de todas las almas, y el tiempo en que los pueblos del mundo, guardan la esperanza de la Paz.

Y como dije, para no parecernos al del cuento, abramos el corazón donde ya no caben más regalos para ofrecer, pues con el acto de regalar, obsequiamos al Niño Jesús con un intercambio de amor hacia nuestros semejantes.

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