En la época navideña una de las tradiciones más bonitas y esperadas es: el Arbol de Navidad, pero alrededor de su origen no hay nada seguro, por eso: " ...se dice, se cuenta ...."
Antiguamente, existía el culto a los árboles. Se dice, que se cortaba un árbol de follaje permanente, fuerte ante los efectos del clima invernal. Este era adornado en honor a los dioses, para que en primavera, sus frutos volvieran a florecer. Debido al culto hacia los árboles, es que algunos piensan que el origen del árbol de Navidad, es pagano y no cristiano. Son muchas las leyendas en torno al árbol de Navidad, es por eso que es muy difícil saber su origen real.
Se cuenta, que San Bonifacio, misionero británico (siglo VIII), en su labor de cristianizar las tribus germánicas y buscando erradicar la idea de que los árboles eran sagrados, plantó un pino, cuyas hojas permanentes, simbolizaban el eterno Amor de Dios hacia sus hijos. Lo adornó con manzanas y velas, las que simbolizaban: el pecado original y la luz de Cristo y su forma triangular: la Santísima Trinidad. De allí que "se diga", que el árbol de Navidad como tal, sea una tradición de origen germánico, que al parecer se solía realizar en épocas cercanas a lo que para los cristianos pasa a ser la época de la Navidad. Los convenció de que Cristo estaba por encima de esas idolatrías y como resultado logró, que desistieran de la idea de que los árboles tenían poderes sobrenaturales, convirtiéndose así en comunidades cristianas.
Con el correr del tiempo y la modernidad, las manzanas y las velas, se convirtieron en diversos ornamentos de gran vistosidad y colorido. Lo importante, era alegrar la vida de las personas mientras duraran las largas y duras épocas invernales, adornando las ramas de un árbol que ofrecía verdor y alegría a los habitantes de las casas. Se cuenta, que en épocas más antiguas, existieron civilizaciones aparte de los germanos, que adoraban estos árboles cuya naturaleza perduraba frente a las inclemencias del clima, les rendían culto y les atribuían poderes sobrenaturales.
Pero trasladando lo que se "contaba" y se "decía", a tierras más cercanas y conocidas, por los 1800s en Norte América, se consideraba el árbol de Navidad, como una costumbre pagana, hasta que los germanos, ya devotos cristianos, se establecen en esas tierras y en la época de Navidad, comienzan a introducir en sus hogares dichos árboles y a agregarles ornamentos a sus "por siempre verdes" ramas. Por haber sido declarado "símbolo pagano", los "puritanos" de Nueva Inglaterra consideraron que a aquellos que colgaran adornos a un árbol, debían ser penalizados, hasta la llegada de los alemanes y judíos a tierras americanas, quienes establecen sus costumbres navideñas, las cuales se esparcen rápidamente.
Al tiempo, cuando ya no se "contaba", ni se "decía", en principios del siglo XX, mientras los germanos, decoraban sus árboles de Navidad con manzanas, nueces, maíz y galletas, los americanos comenzaban a decorar sus árboles con adornos hechos en casa y con la aplicación de la electricidad, el árbol de Navidad esparció su iluminada belleza por cada rincón y llegó a todos los hogares, pasando a ser el acompañante infaltable y luminoso de la fiesta navideña y uno de los elementos a través del cual, se comparte toda la religiosidad que a ésta le acompaña. Sin dejar de mencionar su principal ornamento, la estrella en lo más alto de su estatura, la que simboliza la fé de los festejantes como cristianos, la cual evoca la estrella de Belén, aquella que guiara al pueblo cristiano hasta el nacimiento de Jesús.
La modernidad ha hecho del árbol navideño, el depositario de los regalos que la familia repartirá el día de Navidad. En sus faldas, colocamos de todo: bolsitas, paquetes, paqueticos, cajitas.... todo hermosamente adornado y envuelto y para una Navidad mucho más feliz, los festejantes pasan parte de su tiempo "envolviendo la Navidad" con los elementos más importantes de la convivencia: el compartir con generosidad, el entendimiento, la paciencia, el perdón, la unión, brindándose apoyo mutuo y algo importante como cristianos, brindando compañía a los que por alguna razón están solos, que de esos hay muchos en estos días de fiestas navideñas.
La unión de los dos símbolos: árbol y pesebre, se complementan para una Navidad armoniosa y plena de espiritualidad.
Desde mi blog, quiero desearles, que este año venidero traiga consigo: unión a los pueblos y amor a los corazones, que la tolerancia y la hermandad entre familias, sea la luz y la fuerza que nos guíe hacia el camino de la Paz.
Antiguamente, existía el culto a los árboles. Se dice, que se cortaba un árbol de follaje permanente, fuerte ante los efectos del clima invernal. Este era adornado en honor a los dioses, para que en primavera, sus frutos volvieran a florecer. Debido al culto hacia los árboles, es que algunos piensan que el origen del árbol de Navidad, es pagano y no cristiano. Son muchas las leyendas en torno al árbol de Navidad, es por eso que es muy difícil saber su origen real.
Se cuenta, que San Bonifacio, misionero británico (siglo VIII), en su labor de cristianizar las tribus germánicas y buscando erradicar la idea de que los árboles eran sagrados, plantó un pino, cuyas hojas permanentes, simbolizaban el eterno Amor de Dios hacia sus hijos. Lo adornó con manzanas y velas, las que simbolizaban: el pecado original y la luz de Cristo y su forma triangular: la Santísima Trinidad. De allí que "se diga", que el árbol de Navidad como tal, sea una tradición de origen germánico, que al parecer se solía realizar en épocas cercanas a lo que para los cristianos pasa a ser la época de la Navidad. Los convenció de que Cristo estaba por encima de esas idolatrías y como resultado logró, que desistieran de la idea de que los árboles tenían poderes sobrenaturales, convirtiéndose así en comunidades cristianas.
Con el correr del tiempo y la modernidad, las manzanas y las velas, se convirtieron en diversos ornamentos de gran vistosidad y colorido. Lo importante, era alegrar la vida de las personas mientras duraran las largas y duras épocas invernales, adornando las ramas de un árbol que ofrecía verdor y alegría a los habitantes de las casas. Se cuenta, que en épocas más antiguas, existieron civilizaciones aparte de los germanos, que adoraban estos árboles cuya naturaleza perduraba frente a las inclemencias del clima, les rendían culto y les atribuían poderes sobrenaturales.
Pero trasladando lo que se "contaba" y se "decía", a tierras más cercanas y conocidas, por los 1800s en Norte América, se consideraba el árbol de Navidad, como una costumbre pagana, hasta que los germanos, ya devotos cristianos, se establecen en esas tierras y en la época de Navidad, comienzan a introducir en sus hogares dichos árboles y a agregarles ornamentos a sus "por siempre verdes" ramas. Por haber sido declarado "símbolo pagano", los "puritanos" de Nueva Inglaterra consideraron que a aquellos que colgaran adornos a un árbol, debían ser penalizados, hasta la llegada de los alemanes y judíos a tierras americanas, quienes establecen sus costumbres navideñas, las cuales se esparcen rápidamente.
Al tiempo, cuando ya no se "contaba", ni se "decía", en principios del siglo XX, mientras los germanos, decoraban sus árboles de Navidad con manzanas, nueces, maíz y galletas, los americanos comenzaban a decorar sus árboles con adornos hechos en casa y con la aplicación de la electricidad, el árbol de Navidad esparció su iluminada belleza por cada rincón y llegó a todos los hogares, pasando a ser el acompañante infaltable y luminoso de la fiesta navideña y uno de los elementos a través del cual, se comparte toda la religiosidad que a ésta le acompaña. Sin dejar de mencionar su principal ornamento, la estrella en lo más alto de su estatura, la que simboliza la fé de los festejantes como cristianos, la cual evoca la estrella de Belén, aquella que guiara al pueblo cristiano hasta el nacimiento de Jesús.
La modernidad ha hecho del árbol navideño, el depositario de los regalos que la familia repartirá el día de Navidad. En sus faldas, colocamos de todo: bolsitas, paquetes, paqueticos, cajitas.... todo hermosamente adornado y envuelto y para una Navidad mucho más feliz, los festejantes pasan parte de su tiempo "envolviendo la Navidad" con los elementos más importantes de la convivencia: el compartir con generosidad, el entendimiento, la paciencia, el perdón, la unión, brindándose apoyo mutuo y algo importante como cristianos, brindando compañía a los que por alguna razón están solos, que de esos hay muchos en estos días de fiestas navideñas.
La unión de los dos símbolos: árbol y pesebre, se complementan para una Navidad armoniosa y plena de espiritualidad.
Desde mi blog, quiero desearles, que este año venidero traiga consigo: unión a los pueblos y amor a los corazones, que la tolerancia y la hermandad entre familias, sea la luz y la fuerza que nos guíe hacia el camino de la Paz.
Feliz Navidad para todos!!
Merry Christmas to all!
Merry Christmas to all!
1 comments:
buen post, muchas gracias por estas excelentes ideas navideñas. saludos
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