La Navidad es: para unos, tiempo de luces, alegrías y regocijo. Para muchos, es tiempo de soledad y tristeza. Para otros tantos, es tiempo de desesperanza y de dolor. Para todos, debemos tener un pensamiento de solidaridad en este tiempo que debiera ser de alborozo. Tiempo contradictorio, con los sentimientos que se retuercen de aquí para allá, donde las añoranzas se avivan en el alma, dando paso a las imágenes de los seres queridos que están lejos, y la felicidad se exalta con el abrazo a los que tenemos cerca.
En estos días de Navidad, que más podíamos pedir. Estábamos absolutamente completos. Todos y digo todos!, pues ninguno en la familia faltó. A todos, sus ocupaciones les permitieron acudir a la cita decembrina. Fueron unos días mágicos, en los que disfrutamos de mucha y amena conversación. Días de mucho compartir. Entre colchas y cojines, los muchachos se acurrucaban en los sillones, para reír, para ver películas navideñas, sólo interrumpidas con un desfile de viajes, que iban y venían de la sala a la cocina y de la cocina al sofá. En nuestra noche de Navidad, ya entrada la media noche, después de cenar, abrimos bellos regalos y entre coloridas cajas y papeles encogidos, para completar la magia, los muchachos pusieron un concierto, el cual invadió el ambiente con las hermosas notas de un magnífico aire navideño. Mientras todos conversaban, en oportunidades casi que a la vez, la casa volvía a recobrar "el ruido", o "el sonido", ese!, el que hacen los hijos, cuando vienen....
Pero como todo en esta vida, cada cosa tiene un final y aunque no nos de mucho gusto, ellos tienen que partir a sus hogares y nosotros, a comenzar nuevamente el tiempo de espera.
Cuando tenemos hijos que están lejos, se nos convierte la vida en una espera, en un dividir el tiempo en varios pedazos. Yo los llamo: "tiempos vacacionales", ya que tenemos que esperar que lleguen las vacaciones para que ellos puedan venir, de otra manera, tenemos que ir nosotros al encuentro.
Pero bueno, después de disfrutar mi derecho a quejarme un poquito, volvamos a los días de Navidad. Decía que fueron días mágicos y espero que en los años venideros, podamos disfrutar de otros bellos días navideños como estos y de otra bella noche de Navidad junto a: los seres más queridos. Lo mismo deseo para todos ustedes.
Deseo para todos un Feliz Año Nuevo, llenito de cosas buenas, lleno de regocijo y de armonía, y sobre todo.... lleno de hijos y nietos!! alrededor, que hagan mucho ruido y que formen desorden, mucho desorden!... bendito desorden....
" ....una luz decembrina iluminó el cielo, un blanco mantel cubrió nuestra mesa, una alegre guirnalda de hijos colmó el entorno y un hogareño aroma nos envolvió...."
Feliz Año Nuevo para todos!
En estos días de Navidad, que más podíamos pedir. Estábamos absolutamente completos. Todos y digo todos!, pues ninguno en la familia faltó. A todos, sus ocupaciones les permitieron acudir a la cita decembrina. Fueron unos días mágicos, en los que disfrutamos de mucha y amena conversación. Días de mucho compartir. Entre colchas y cojines, los muchachos se acurrucaban en los sillones, para reír, para ver películas navideñas, sólo interrumpidas con un desfile de viajes, que iban y venían de la sala a la cocina y de la cocina al sofá. En nuestra noche de Navidad, ya entrada la media noche, después de cenar, abrimos bellos regalos y entre coloridas cajas y papeles encogidos, para completar la magia, los muchachos pusieron un concierto, el cual invadió el ambiente con las hermosas notas de un magnífico aire navideño. Mientras todos conversaban, en oportunidades casi que a la vez, la casa volvía a recobrar "el ruido", o "el sonido", ese!, el que hacen los hijos, cuando vienen....
Pero como todo en esta vida, cada cosa tiene un final y aunque no nos de mucho gusto, ellos tienen que partir a sus hogares y nosotros, a comenzar nuevamente el tiempo de espera.
Cuando tenemos hijos que están lejos, se nos convierte la vida en una espera, en un dividir el tiempo en varios pedazos. Yo los llamo: "tiempos vacacionales", ya que tenemos que esperar que lleguen las vacaciones para que ellos puedan venir, de otra manera, tenemos que ir nosotros al encuentro.
Pero bueno, después de disfrutar mi derecho a quejarme un poquito, volvamos a los días de Navidad. Decía que fueron días mágicos y espero que en los años venideros, podamos disfrutar de otros bellos días navideños como estos y de otra bella noche de Navidad junto a: los seres más queridos. Lo mismo deseo para todos ustedes.
Deseo para todos un Feliz Año Nuevo, llenito de cosas buenas, lleno de regocijo y de armonía, y sobre todo.... lleno de hijos y nietos!! alrededor, que hagan mucho ruido y que formen desorden, mucho desorden!... bendito desorden....
" ....una luz decembrina iluminó el cielo, un blanco mantel cubrió nuestra mesa, una alegre guirnalda de hijos colmó el entorno y un hogareño aroma nos envolvió...."
Feliz Año Nuevo para todos!