Monday, September 12, 2011

2 Años después y otras cosas

Una suave brisa me anuncia, que los serenos días del otoño están por llegar.
El tiempo pasa y ya son dos años! Gracias a todos los que han visitado mi blog durante todo este tiempo. Aunque este año he estado un poco ausente, no estén pensando que no seguimos! Aquí estamos, siempre con la inquietud de continuar escribiendo, para compartir y expresar alguna idea, hacerles algún comentario o dejar correr la imaginación y compartir algún poema o tal vez alguna lectura.

Y a propósito de compartir, en estos días de verano tan sofocante, leí un libro muy refrescante, el cual disfruté muchísimo: "La Elegancia del Erizo", de Muriel Barbery, escritora francesa, novelista y profesora de Filosofía.

Bueno, al principio la lectura se torna un poco lenta, debido a las reflexiones filosóficas que la autora, a todo lujo, se toma a bien exponer. El libro se desarrolla en el edificio de un París burgués, donde se entreteje la historia y se entrelazan las vidas de sus personajes. El libro toca temas como: la soledad, diferencia de clases, la bondad, el desarraigo, la fragilidad de los mortales y su gran capacidad de reinventarse...
Realmente lo que quedé fué, encantada con tanta delicia. El lenguaje se me quedó escaso de tanto bálsamo creativo. Fué como ir una tarde a una heladería y comerse un postre preferido y saborearlo porquito a poquito para que no se termine.

Disfruté mucho las cosas de Paloma, una niña de apenas doce años (superdotada), su agudeza y sus reflexiones, cuando decide que: " la vida es una mierda" y que ella: "mejor se suicida". Me divertí muchísimo con sus cavilaciones, con la profundidad de sus reflexiones cuando juzga la cotidianidad de una manera jocosa e irónica y cómo dice tantas verdades!

De Renée, la portera (vulgar en apariencia, pero de una finísima inteligencia), diré que me fascinó. Al principio yo celebré como logró "armarse" una vida y ser "libre", libertad que pronto puse en entredicho, porque al final, ella era presa de su propio plan. Había demasiadas cosas que la inquietaban o se dejaba inquietar por ellas. Me identifiqué con ella, aunque no deseo su suerte, pero sí, la oportunidad que la vida le concede de poder "vivirla", como ella deseaba... "a pesar de..." Me deleité con las conversaciones tan sabrosas entre Manuela y Renée, junto a las tazas de té con galleticas, uummm que delicia, y las posteriores reflexiones de René, cuando Manuela, su amiga entrañable, se marchaba. Realmente, alimento para el alma.

El Capítulo donde Paloma visita a su abuela en el ancianato, extraordinario. Paloma desnuda realidades de que manera!

No puedo dejar de mencionar el capítulo de la lluvia: ".... toda esa lluvia..." que belleza, hermoso, profundo. Cuando Renée, abre su corazón a Paloma y en llanto ahogado, le revela su "sino", o al menos, el que ella misma se forja, en una existencia castigada de antemano, si exhibe o pondera su inteligencia, partiendo de la premisa de una familia cuyos miembros están marcados por ser pobres: "... la sociedad no lo entendería". Perdiendo así, el derecho a ser aclamada, aprobada, elogiada por sus capacidades intelectuales. Sublime momento, en que Renée habla con Paloma de lo profundo de ese sentimiento que la marca para siempre, por la muerte de su hermana, "a manos" de "uno", de esa clase "poderosa", que la podría lastimar, y escoge encogerse como un erizo, débil, frágil por dentro y asomar unas espinas que son tan sólo un cobijo falso, para proteger sus lágrimas. De allí, su clandestinidad existencial y el castigo equivocado de sí misma, aunque después, acepta que ha llegado la felicidad para ella, que aunque efímera, la disfrutamos todos, tanto ella como los lectores, porque es que cualquiera podría enamorarse del señor Ozu, por Dios!! cuanta caballerosidad!! El encuentro entre Paloma y Renée, pone de manifiesto como ellas dos, a través de la sabiduría de sus diálogos, descubren que un lazo fuerte de amistad las une, lo que viene a dar sentido a sus solitarias vidas, en el camino hacia la felicidad tan buscada por ambas.

En fin, es un libro sensible y profundo. La autora, a través de los escritos y reflexiones de sus personajes principales, llega hondo al sentimiento del lector, sin dejar de mencionar su genialidad en el relato y su humorismo.

Y al final de cuentos y reflexiones: muy bien por Muriel Barbery, bien por ella. Me encantó su libro.

Gracias blog, por estos dos años, y a ustedes, por haberme leído.

Nos vemos pronto.

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