Casas del silencio, donde además de ir a comtemplar la belleza, se va a abrir los sentidos hacia la curiosidad del saber....
La cosa empezó en la época de las cavernas. Los primeros habitantes de esta tierra comenzaron a hacer sus vasijitas para comer, comenzó la búsqueda de la comodidad y fabricó sus muebles, sintió frío y fabricó sus ropas, quiso tomar agua y moldeó una jarra, le dió diferentes formas... Con el tiempo quiso suavizar las texturas, les dió color.... Luego, aprendió el arte de la escultura, de la pintura, la orfebrería.... Aprendió a admirar la belleza y se hizo rodear de piezas decorativas. Lo cierto es que, provenientes de: palacios, iglesias, pueblos y ciudades, que fueron resurgiendo a través de los tiempos, de pronto el mundo se vió acumulando historia. Representada ésta, en hermosas e interesantes piezas, que han pasado a formar parte de la impresionante colección, que luego ha sido recopilada y exhibida en los sagrados recintos o Museos, para deleite, información, educación, de la humanidad. De esta manera, los museos se convirtieron en instituciones al servicio de la comunidad, en cuyos espacios sagrados se resguardan piezas y documentos de gran importancia informativa e histórica.
Claro, todo esto, después de que a Ptolomeo Filadelfo, se le ocurriera el asunto de los espacios tranquilos para meditar e inspirarse y que luego fueran utilizados para tales exhibiciones.
Como el mundo cambia de un dia para otro y nos enfrentamos constantemente con nuevos descubrimientos cintíficos, asi como nuevas tendencias tecnológicas, los museos se han diversificado y abarcan diferentes temas y categorías. De allí que su importancia se dirija no sólo hacia la difusión de la cultura y la formación de los pueblos, sino hacia la globalización de los mismos. Las comunidades deben sentirse identificadas con sus museos, y trabajar para que éstos, sean parte del orgullo de las mismas, formando parte integral de la ciudad o pueblo donde se ubiquen.
Es importante la tarea de fomentar el amor hacia los museos a nuestros jóvenes, en la búsqueda de una formación ciudadana y cultural integral. Es importante la asistencia de los jóvenes y que los padres lleven a los más pequeños como una costumbre frecuente.
Asistir a los museos, es como si asistiéramos a una clase magistral en primera fila, donde se refina el lenguaje, donde se mejoran los modales, se deleita el espíritu y se sensibilizan los sentimientos.
Vivamos los museos, para cultivar el gusto, estimular la creatividad, y avivar la musa artística.
La cosa empezó en la época de las cavernas. Los primeros habitantes de esta tierra comenzaron a hacer sus vasijitas para comer, comenzó la búsqueda de la comodidad y fabricó sus muebles, sintió frío y fabricó sus ropas, quiso tomar agua y moldeó una jarra, le dió diferentes formas... Con el tiempo quiso suavizar las texturas, les dió color.... Luego, aprendió el arte de la escultura, de la pintura, la orfebrería.... Aprendió a admirar la belleza y se hizo rodear de piezas decorativas. Lo cierto es que, provenientes de: palacios, iglesias, pueblos y ciudades, que fueron resurgiendo a través de los tiempos, de pronto el mundo se vió acumulando historia. Representada ésta, en hermosas e interesantes piezas, que han pasado a formar parte de la impresionante colección, que luego ha sido recopilada y exhibida en los sagrados recintos o Museos, para deleite, información, educación, de la humanidad. De esta manera, los museos se convirtieron en instituciones al servicio de la comunidad, en cuyos espacios sagrados se resguardan piezas y documentos de gran importancia informativa e histórica.
Claro, todo esto, después de que a Ptolomeo Filadelfo, se le ocurriera el asunto de los espacios tranquilos para meditar e inspirarse y que luego fueran utilizados para tales exhibiciones.
Como el mundo cambia de un dia para otro y nos enfrentamos constantemente con nuevos descubrimientos cintíficos, asi como nuevas tendencias tecnológicas, los museos se han diversificado y abarcan diferentes temas y categorías. De allí que su importancia se dirija no sólo hacia la difusión de la cultura y la formación de los pueblos, sino hacia la globalización de los mismos. Las comunidades deben sentirse identificadas con sus museos, y trabajar para que éstos, sean parte del orgullo de las mismas, formando parte integral de la ciudad o pueblo donde se ubiquen.
Es importante la tarea de fomentar el amor hacia los museos a nuestros jóvenes, en la búsqueda de una formación ciudadana y cultural integral. Es importante la asistencia de los jóvenes y que los padres lleven a los más pequeños como una costumbre frecuente.
Asistir a los museos, es como si asistiéramos a una clase magistral en primera fila, donde se refina el lenguaje, donde se mejoran los modales, se deleita el espíritu y se sensibilizan los sentimientos.
Vivamos los museos, para cultivar el gusto, estimular la creatividad, y avivar la musa artística.
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