Los amigos son fortaleza. A ellos debemos paciencia y ternura.
Cuando los amigos se encuentran, hablan de sus quereres
de sus triunfos, de sus logros, de sus fracasos también.
De cuando el día les fué triste, de todos los quehaceres,
del amor, del desengaño y de la vida el vaivén.
Y es que quieren compartir, que son los mismos de otros tiempos
y que el corazón cabalga, y late fuerte por un sueño.
Cuando los amigos se reunen, es para dejar de llorar
y cuando en el corazón hace frío, disfrutar de un deseado abrigo,
y de un abrazo fuerte, al calor del tibio hogar.
Por eso la reunión continúa, siempre con muchas ganas
y mientras la amistad sea buena, seguir juntos compartiendo,
cada mes, cada quincena.