Cuando las madres se van, no se van para siempre,
Queda su aroma presente, por todos los rincones.
Porque ellas lo saben todo, para acunar a sus pequeños,
así también saben, que nunca termina, su tarea de ensueño.
Por eso cuando me vaya, será porque llegó mi tiempo,
el tiempo que Dios, para ello tenga dispuesto.
Cuando las madres se van, no se van para siempre,
Queda la fortaleza y el encanto de sus cuidados.
Yo nunca me iré, estaré pendiente,
y mis hijos sabrán, que yo, estaré a su lado.
Quiero que vayan por la vida relajados, libres, sin ataduras.
Que si la vida es dura, que si hay que arrastrar con todo
para encontrarle el remedio, que nada sea serio.
Que no se pierdan mis hijos el ahora,
y que con fuerzas y muchas ganas,
consigan olvidarse un poco, del mañana.
Vayan por la vida riendo, que nada sea triste.
Y a carcajada limpia y contentos, que nada cambie el tinte,
del agua dulce de las cosas más sencillas.
Si pudiera vivir mi vida nuevamente,
miraría más las flores, me extasiaría en sus pétalos
y contaría las hojas, de los verdes helechos,
Y caminaría descalza, al llegar la primavera,
para volver a calzarme, al terminar el invierno.
Quiero que vayan por la vida, con mis consejos.
Cuando me vaya, me los llevaré envueltos,
en las sábanas blancas, con que acuné sus sueños.
Quiero que sean fuertes, que vivan su vida,
cuando me vaya, cuando esté lejos....
Wednesday, May 4, 2011
A Mis Hijos
Posted by Alicia Cintron at 12:58 PM 3 comments
Labels: poema
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